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Guaymallen: Equipo de trabajo de Andrea Abrahan-Carolina Tricarico-Angel Villanueva

Memoria de la Escuela Técnica Hidraúlica: prácticas en EGB, de Carolina Tricarico

Memoria de la Escuela Técnica Hidraúlica: prácticas en EGB, de Carolina Tricarico

A modo de presentación  

Una mirada más allá de las aulas: el contexto 

A partir de un relevamiento de datos brindados por la escuela y observados por mí, les presento a continuación una mirada que va más allá de las aulas. En este apartado lo contextual se pone de relieve. Pienso que es importante que las personas que lean la memoria sobre mis prácticas en EGB puedan entender ciertos comentarios a partir de este relevamiento contextual.  

La escuela se encuentra en el departamento de Las Heras: calle Catamarca y Gahilac. Está ubicada en una esquina. Las paredes del frente están pintadas con diferentes y grandes dibujos que llaman la atención de los que circulan por el lugar. El espacio dentro de la escuela posee una conexión directa entre los cursos y el patio. Éste posee una amplia superficie de tierra y una pequeña parte de cemento. Las instalaciones son precarias. Por ejemplo, algunas puertas se encuentran en mal estado y en las luces de nuestro curso funcionan sólo dos focos de los cuatro instalados. Además, las aulas son bastantes frías, ya que la estufa (enrejada) es de 3000 calorías, insuficiente para calefaccionar todo el lugar.  

Los alumnos del curso en que di mis prácticas eran en total  29 y estaban bien distribuidos en el espacio. La superficie del aula era apta para todos ellos, pero como destaqué anteriormente no estaba bien calefaccionada, la verdad que nos congelamos. 

La institución posee una  modalidad de gestión  estatal con un carácter urbano – marginal. Los niveles son de EGB 3 y Polimodal. La modalidad es producción de Bienes y Servicios con dos orientaciones: Hidráulica y electromecánica.  

A partir del análisis contextual se puede apreciar que la escuela cuenta con una población de alumnos que provienen de una familia cuyo nivel socio – cultural es muy bajo, la fuente de ingreso principal está generada en un gran porcentaje por planes sociales, empleos temporarios o trabajos independientes como changas, ventas ambulantes, carreteleros, cartoneros, etc.   

Estos datos se pudieron constatar  a raíz de una encuesta realizada por la escuela donde quedó registrado que por curso hay entre cuatro y siete alumnos que trabajan en changas para colaborar con la economía del hogar, esto hace que los alumnos lleguen cansados a la escuela o tengan muchas faltas debido a las actividades extraescolares que se ven obligados a realizar.  

En cuanto a lo cultural se observa un gran porcentaje de padres con un bajo nivel de alfabetización que dificulta en gran medida que consideren la formación de sus hijos como sustancial para su futura reinserción social y laboral. Esto impacta en forma determinante a la hora de hacerse cargo de sus hijos frente a los requerimientos educativos, esto es hacerse presentes en la escuela para conocer y realizar un seguimiento del rendimiento de sus hijos tanto en lo académico como en lo conductual.  

Es posible visualizar un gran número de alumnos con pobre desarrollo de habilidades sociales, son chicos con baja autoestima, con una carga importante de resentimiento, con códigos que no le permiten vivir de acuerdo a las normas de la sociedad, y esto entorpece en gran medida que logren apropiarse de los valores morales que la escuela desea enseñar. Lo cual no quiere decir que no logren mejorar en su desempeño social, pero esta situación obliga a docentes, preceptores y personal del servicio de orientación a emplear mayor cantidad de tiempo en corregir conductas que atender a lo pedagógico propiamente dicho.  

Asimismo, existe un aumento notorio de alumnos que estuvieron o están en tratamiento psicológico o psiquiátrico o que realmente lo necesitan, pero debido a su precaria situación económica y social, son atendidos en Centros de Salud, Hospitales Públicos, donde no es posible realizar los tratamientos con la periodicidad que requieren.  

También, hay un aumento notorio de alumnos con trastornos orgánicos tales como desnutrición, problemas auditivos, de visión, epilépticos, trastornos de crecimiento, hormonales, convulsivos, etc., que a pesar de estar perfectamente diagnosticado, estos alumnos no reciben el tratamiento que corresponde, sin tener en cuenta  los reiterados pedidos que se realizan desde la escuela, ya sea por falta de interés desde sus hogares o por problemas económicos o familiares.  

La memoria propiamente dicha            

 La llegada a la escuela  

De la escuela no tenía ningún conocimiento, solamente la había sentido nombrar. Arribe junto a mi compañera de prácticas Andrea Abrahan. Llegamos en su auto, yo me ubicaba en la zona, porque tengo una amiga que vive por ese lugar y mi tutora me había explicado como llegar. También, Andrea conocía como arribar,  ya que el día anterior ella había ido a conocer donde  quedaba la escuela. Sobre las autoridades (directivos) y los profesores del colegio no tenía ningún tipo de información, sólo conocía a mi tutora, Graciela Mercado,  que es profesora de la escuela.

En cuanto a los alumnos sólo sabía que comenzaría mis prácticas con un curso de todos hombres y que eran un poco indisciplinados.            

 Relevamiento de las características de la escuela  

Mi tutora, la profesora Graciela Mercado, me brindó  la planificación, en ella  no se explicitaba ningún tipo de característica de la escuela.  Las mismas las pude encontrar en el PEI y el PCI, estos documentos  me fueron entregados por la psicopedagoga del colegio y estos datos fueron los que  me ayudaron a conocer el establecimiento por dentro.  

La única característica que tenía al momento de puesta en marcha de la propuesta fue que sabía que los alumnos eran todos hombres, un poco revoltosos y que eran “chatos” en cuanto a su manera de pensar, según me había adelantado mi tutora. Cuando leí el PEI y el PCI pude entender lo que mi tutota me quería decir con “Chatos”, allí se nombraban una de las características que se presentaba en la mayoría de los alumnos de la escuela: los chicos tenían problemas de alimentación., esto era lo que les dificultaba poder lograr un óptimo desarrollo de sus conocimientos.  

En cuanto al material de anexo que obtuve para contextualizar, interpretar, explicitar y reconstruir lo observado, me guié por el PEI y el PCI que me brindó la escuela. Con este material en mano pude conocer más de cerca otras características de la escuela y pude interpretar algunos comportamientos de los alumnos. Por ejemplo, en mi observación había un chico que hacía un mes que no venía a la escuela. La profesora le preguntó que le había pasado, el respondió que no tenía zapatillas para asistir al colegio y que ahora ya se las habían comprado.

Conecté esta información con los datos que arrojaba la documentación dada por el colegio, allí pude descubrir que los problemas que había tenido el alumno se debían a que  por curso había entre cuatro y siete alumnos que trabajaban en changas para colaborar con la economía del hogar, esto hacía que los chicos llegaran  cansados a la escuela o tuvieran muchas faltas debido a las actividades extraescolares que se veían obligados a realizar.  

Otro de las cosas que pude obtener de los documentos que me brindó la escuela fue información sobre los problemas de mala alimentación que presentaba la mayoría de los chicos. Estos datos me ayudaron a entender las dificultades que tuvieron a la hora de resolver por ejemplo, la prueba que hicieron en la observación que realicé en la hora de Comunicación Social, muy pocos pudieron realizarla, y eso que era con carpeta abierta.    

Los primeros  contactos 

Desde el comienzo la relación fue muy cordial,  porque al llegar a la escuela fuimos muy bien recibidas tanto por los docentes como por las autoridades. Además, el material institucional que pedimos fue brindado en forma inmediata sin ningún tipo de inconveniente.  

El primer contacto con los docentes fue muy bueno, con la  primera que hable fue con la profesora de Lengua, con la cual iba a estar en una de las clases que debía observar y también nos recibió muy amablemente la directora.  

En cuanto al primer contacto con los alumnos, ellos nos recibieron bastante bien, todos se callaron en el momento de nuestro saludo. Eran todos varones, yo ya había tenido experiencia con cursos “masculinos”, pero éstos según mi primera impresión se veían más tranquilos.  En ese primer acercamiento se me vino a la cabeza la referencia que me había dado mi tutora, profesora titular del curso: “los chicos de este curso son buenos, pero un poco revoltosos”. Al recordar la frase trate de tener mi propia experiencia, observarlos y conocerlos para prepararme para el día en que debía tener mi primera clase  con ellos.  

Las  observaciones  de clase 

En  la observación los chicos se comportaron de manera similar en ambas clases, tanto en la de Lengua como en la de Comunicación.  En la hora de comunicación realizaron una prueba de cierre de trimestre. Lo que me llamó la atención es que había varios chicos que no estaban haciendo nada, especialmente uno del último banco estaba cruzado de brazos y lo único que hacía era mirarnos (a mí y a Andrea) de manera fija sin sacarnos la mirada.  

También, me sorprendieron los comentarios constantes de quejas de que no tenían las carpetas o que los temas de la prueba no los encontraban, cabe destacar que la evaluación era con carpeta abierta. Al final de la hora los que habían terminado se levantaron de los bancos y se pusieron sobre  la estufa, éstos molestaban con sus murmullos al resto de sus compañeros que estaban terminando la prueba.  

Una situación nos llamó rotundamente la atención: fue en el recreo cuando estábamos con Andrea. Un alumno le manifestó a la profesora que no hacía la prueba porque no tenía lápiz. Entonces, Andrea mi compañera, le facilitó uno que ella tenía uno para prestarle en su cartuchera. Durante la hora el alumno no realizó la prueba y estuvo jugando toda la hora con el lápiz hasta que lo rompió. Nosotros nos dimos cuenta en el recreo que estaba el lápiz quebrado por la mitad. Pensamos que el alumno ya no nos devolvería el lápiz porque estaba todo roto. Pero, Nicolás nos sorprendió, ya que volvió del recreo con un lápiz que supuestamente era el de Andrea. Lo que sucedió fue que el alumno al quebrar el lápiz prestado había ido en el recreo a comprar uno nuevo para devolverlo en condiciones. A nosotras nos sorprendió la actitud del adolescente. Es bueno destacar situaciones como estas ya que el alumno realizó una buena acción, reparó el daño que había hecho con algo prestado. (En el blog se encuentra un artículo especial que habla sobre este tema).             

La carpeta de los chicos  

En cuanto a los materiales que obtuve de los alumnos fue la carpeta de uno de ellos de todos los trabajos que habían realizado hasta el momento. Debo confesar que me costó encontrar una carpeta que estuviera completa, en todo el curso había sólo una. 

La planificación que me brindó mi tutora sobre el curso y la carpeta de los chicos me ayudó a saber cuáles eran los conocimientos previos que poseían los alumnos antes de que les enseñara la temática de mis clases.      

Mis clases: propuesta de contenidos  

Antes de desarrollar las clases no recibí ninguna recomendación en especial, simplemente que los alumnos al ser todos hombres eran bastante revoltosos e indisciplinados.  Para el armado del material de mis clases recibí bastante información y bibliografía complementaria por parte de Graciela. Con lo que ella me brindó, más documentos que yo tenía sobre el tema de mi experiencia como docente, pude lograr un material didáctico que se adecuara al contexto del curso. 

En cuanto a los dispositivos didácticos utilicé una selección de material teórico y un recurso auditivo. Los contenidos fueron presentados mediante textos mediados por mí. Diseñé una clase teórica y otra práctica.

En cuanto a la estrategia traté de que la clase teórica no fuera pesada, tediosa, por lo que les presenté un material sonoro con programas previamente seleccionados, para ejemplificar la explicación teórica dada en la primera parte de la clase.  El tema desarrollado  fue la radio, lo dicté en dos clases, una teórica y la otra práctica.

Para dar la primera clase elaboré un guión, una ayuda memoria sobre el material que iba a dar durante las mismas, lo cual  me sirvió como una guía para dar correctamente la temática.  En la primera clase entregue un material teórico mediado por mí, que se basaba en un texto que se adecuaba tanto a los conocimientos previos de los chicos como a su contexto. Digo su contexto porque el tema de la radio se puede adaptar según el curso en que uno lo de, por ejemplo en este curso todos los chicos eran de barrios urbanos -marginal por lo que uno deduce que las radios y la música que escuchan es diferente a los chicos de una clase alta.  

La clase fue expositiva y dialogada,  en la primera parte de la clase fui explicando el tema haciendo participar a los alumnos  a partir de sus conocimientos previos Por lo tanto, introduje el tema preguntando cuáles eran las radios que ellos escuchaban, y cada ítem que di lo relacioné a partir de ese contexto en que ellos se movían.  

Además, de entregarles ese material teórico, que lo fui explicando mientras lo daba, lleve un radiograbador con un alargador para que los chicos escucharan una selección de diferentes estilos de programas de radios, teniendo en cuenta  siempre  el estilo de ellos mezclados con otros para que pudieran conocer diferentes tipos de radios y programas. También, lleve un CD con efectos especiales que era uno de los subtemas de la clase, eso les atrajo y les gusto mucho, porque eran sonidos de objetos, de cosas que no nunca habían escuchado en detenimiento. 

La segunda clase fue práctica: lleve un texto sobre la evolución de la radio en el mundo, Argentina y Mendoza mediado por mí y Andrea, con una guía de contenidos, lo que les permitió ampliar sus conocimientos sobre el surgimiento de este medio. En esta clase los chicos trabajaron muy bien, todos realizaron el trabajo y ninguno desaprobó. Hasta el alumno, Nicolás, el chico con el que tuvimos el problema del lápiz que en la evaluación a carpeta abierta no había hecho nada, en mi clase realizó todos los puntos del práctico y trabajó toda la hora.    

Es importante destacar que al saber que los chicos tenían problemas de alimentación y de disciplina, mi tutora me aconsejó que no lo les hiciera hacer trabajos con preguntas muy elaboradas y difíciles de contestar, porque eran chicos en general bastantes “chatos” en cuanto a su manera de pensar. Por lo tanto, decidí mediar el material y utilizar tanto para la teoría como para la práctica, un lenguaje sencillo y claro. En síntesis el contenido desarrollado tuvo óptimos resultados, ya que estuvo elaborado pensando en el contexto del curso en el que se iba a desarrollar.             

Los alumnos en acción 

El cuanto al grupo puedo destacar que en la primera clase que estuve con ellos hubo algunos alumnos molestos. Por ejemplo, un chico se puso a jugar con el celular dentro de la clase, por lo que le llame la atención pero no lo quería dejar, por lo que tuve que pedirle que lo pusiera a la vista arriba de su banco, para que yo pudiera ver que no lo volvía a tocar.  

Otro de los alumnos se había subido el cierre de su campera hasta la pera y no paraba de hablar, por lo que tuve que llamarle la atención y pedirle reiteradas veces que se bajara el cierre. El resto fueron llamados de atención por estar hablando con el compañero de banco.  

Pese que en la primera clase estuvieron dispersos, en la segunda trabajaron muy bien, todos realizaron el práctico y no tuve que hacer ningún llamado de atención. De esta manera,  pude deducir que el grupo de aprendizaje aplicó en forma correcta todo lo aprendido en la clase teórica, la explicación tuvo óptimos resultados.             

La interacción con los chicos  

La interacción con los estudiantes fue buena, un poco tensa la primera clase. Digo tensa porque estuve muy pendiente d e la disciplina de los chicos, algo que hizo que interactuara de manera chocante con ellos.  

Las soluciones de abordaje de las situaciones que se me presentaron fueron aplicadas siguiendo los consejos que me dio mi tutora la primera clase El tema de estar pendiente de la disciplina me lo hizo notar Graciela, ella observándome desde otro lugar me hizo ver cosas que yo en mis tres años de experiencia docente no había percibido.  Cuando Graciela me marcó en mi primer contacto con los chicos lo de la disciplina, me detuve a reflexionar,  me miré desde otro ángulo y descubrí que mi tutora tenía razón, en mis clases debía relajarme un poco más, no estar pendiente tanto de la disciplina. 

Luego, descubrí que de esta manera los chicos no podían llamar mi atención por lo que terminaban comportándose mejor, esto lo pude comprobar en mis clases posteriores de la práctica.  Al no estar tan atenta del comportamiento de los chicos el contacto con los alumnos fue muy bueno, ya que pude interactuar de una manera diferente, estuve observando otros aspectos, que no fueran la disciplina, por ejemplo como respondían a mis preguntas, como estaban motivados con los que les estaba enseñando, como asimilaban los conocimientos, si el proceso de enseñanza – aprendizaje era óptimo, etc. La verdad que me sirvió mucho que otra persona observara mis clases, uno al no poderse ver no se da cuenta de ciertas situaciones que a la larga pueden llegar a perjudicar el aprendizaje de los alumnos. 

La inserción en el aula fue buena y pude lograr una relación fluida con los alumnos. Digo fluida en el sentido de que pude comunicarme con ellos, ya que al observarlos en sus clases trate de mirar de qué clase social venían, cuáles eran sus gustos, etc. Estos datos fueron los que me ayudaron a tener una mejor relación.  Por ejemplo, cuando arme la primera clase de radio les hice escuchar programas que sabía que no habían escuchado como los de las radios AM, un alumno se creía que en las radios AM sólo pasaban partidos. Haciéndoles oír los diversos programas de amplitud modulada, los alumnos pudieron conocer otros estilos de radios y de programas.

O también, puede darme cuenta en mis observaciones que a los chicos les gustaba la cumbia, por lo que les hice escuchar programas donde sólo pasaban ese tipo de música comparándolo con un programa de folclore, por ejemplo. Trate no sólo de mostrarles sus gustos sino también que pudieran conocer otros estilos, otras realidades, esta estrategia los motivó muchísimo y ayudó a mi inserción en el aula.             

 A modo de conclusión  

El contenido escolar desarrollado 

En cuanto al contenido escolar desarrollado se puede afirmar que fue claro, dinámico y para armarlo tuve en cuenta los conocimientos previos de los alumnos. Digo que fue claro ya que utilicé un vocabulario sencillo que le posibilitó al alumno entender con claridad las diferentes características sobre el tema, en este caso la radio. También, afirmé que fue dinámico, ya que para que los chicos entendieran los conceptos llevé un copilado de diferentes estilos de programas de radios, previamente seleccionados. Este material sirvió para que todo lo que les venía explicando quedara claramente ejemplificado con la escucha de la programación que existe tanto en radio AM como en FM. Asimismo, les hice escuchar un CD con efectos sonoros esto también los motivó en la clase y los ayudó a entender mejor la temática.  

En cuanto al tiempo que había planificado en mis secuencias con relación a los contenidos, lo pude desarrollar sin ningún tipo de inconvenientes; de esta manera,  pude explicar en forma clara y tranquila cada uno de los puntos de la temática.  

Además, en la explicación del contenido los chicos tuvieron ejemplos y fueron escuchados y participaron mucho en las clases los que les sirvió para obtener un óptimo aprendizaje.  

La interacción entre el docente practicante y los estudiantes 

La interacción fue un poco tensa en principio y luego fluida. Digo tensa en principio porque a mí me costo relajarme, estaba muy pendiente de la disciplina. Luego de recibir el consejo de mi tutora de que no prestara tanta atención a la disciplina en el curso, logre estar menos pendiente de ella y más atenta a la motivación de los chicos, sus dudas, el desarrollo del contenido, etc.  Después, pude interactuar sin problemas y la relación terminó siendo óptima.

El consejo que me brindó mi tutora me sirvió para aplicarlo y trabajarlo en mis clases posteriores tanto en las prácticas que realicé, como con mi curso en otra escuela. Nunca nadie me había observado, me gustó mucho que lo hicieran, esta bueno que alguien extraño al curso se pare y te mire desde afuera,  porque  hay muchas cosas que uno no se puede dar cuenta, siempre es bueno recibir una crítica constructiva.  

La inserción en la escuela y el aula del practicante  

La inserción fue rápida, ya que tuve un buen recibimiento tanto por parte de mi tutora como de los directivos y docentes del colegio. Asimismo, en la institución me dieron  de inmediato  los materiales que les solicite, entre ellos el PEI y el PCI.  Me sentí cómoda en el curso, a pesar de que eran todos varones.  

Cuando me entregaron el PEI y el PCI al leerlo la inserción fue con otra perspectiva, con otra mirada, ya que en los mismos estaba muy bien explicado cuál era el  contexto de los alumnos y de la escuela en general.  

La práctica docente  

La práctica docente me sirvió mucho para mi crecimiento profesional. Hace tres años que doy clases. Cuando comencé las prácticas trate de tener presente mi experiencia, pero también estar abierta a escuchar las críticas constructivas de mi tutora.  

Este año todo lo aprendido en el profesorado sumado a  la experiencia en las prácticas, fue muy positivo. Adquirí conocimientos que me sirvieron como herramientas  para interactuar con los alumnos, estrategias para lograr un óptimo aprendizaje por parte de los chicos. Todo me sirvió para ser una mejor docente, poner en práctica todo lo aprendido en el profesorado, ser una mediadora en el aula me hizo crecer como profesora y fortalecerme como persona.  

Hoy hay muchos desafíos que uno debe enfrentar al estar frente a un curso. Poseer las estrategias más adecuadas para afrontar cada uno de los problemas que se nos presentan en cada curso y en cada escuela es uno de los desafíos  cada vez que me paro frente a mis alumnos.  

Pararme frente a mis alumnos significa mucho más que saber sus nombres, también me propongo varios objetivos, entre ellos: conocer sus realidades, su contexto, saber de donde vienen, que les gusta y que no.  

Asimismo, otra intención que me propongo cumplir cuando estoy  frente a mis alumnos tiene como eje  hacerles entender que nosotros, los profesores, somos personas igual que ellos y por lo tanto nos pasan las mismas cosas, tenemos sentimientos y nos podemos equivocar, no somos perfectos.  

Otro desafío es poder escuchar al otro, en este caso a mis alumnos, saber entenderlos, mirarlos desde las cosas que están viviendo, saber qué les pasa, etc., creo que  ayuda a poder juntos resolver los distintos problemas.  

Y por último otro de mis objetivos es que mis alumnos tengan una perspectiva crítica ante el mundo, que no crean todo lo que les dicen, que sepan que pueden pensar distinto  y que cada persona mira la realidad con sus propios lentes, simplemente porque cada uno de nosotros es diferente. Cada uno debe tener su propia perspectiva ante las cosas, que no importa si es buena o mala, lo importante es saber que  debe ser coherente y criteriosa.  

Con toda la experiencia que adquirí en mis prácticas me pude dar cuenta  que todavía me falta mucho por aprender, y que a pesar de que tenga tres años en la docencia siempre uno está aprendiendo, nunca deja de hacerlo. Ahora con todos los conocimientos nuevos que obtuve en mis prácticas puedo reforzar y fortalecer los desafíos que me propongo cuando me paro frente a mis alumnos.

                                                                                 

Lic. Carolina Tricarico   

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